jueves, 4 de febrero de 2016

Víctor González: "El correcaminos de Oviedo" que se especializó en la prueba de los 100 kilómetros




Publicación de La Nueva España con motivo de una entrevista celebrada por José Enrique Cima, como consecuencia de la participación en los 100 kms. de Madrid el 01-03-87, donde consiguió un crono de 7:20:27 y el 5º puesto absoluto:

Víctor González Rodriguez, es un ovetense de 40 años, desconocido para muchos, que ha saltado a la actualidad nacional por sus buenos resultados en una competición de 100 duros kilómetros corridos a pié en la capital de España, durante una prueba internacional. Ese es su "hobby" diario por las carreteras asturianas y de ahí que sus amigos lo llamen "El correcaminos".Mientras, el empleo de administrativo en la Banca es su profesión en la vida laboral.

Las anécdotas y los calvarios van unidos durante esas casi ocho horas de correr a pié por carreteras y caminos de toda España, en una lucha constante por vencer a los doscientos adversarios y, sobre todo, conseguir rebajar en cada prueba el crono particular. Víctor González reconoce que "en esas largas carreras siempre pasas un tremendo bache donde llegas a reprocharte todo y odiar el atletismo. Sobre todo cuando rondas los 70 kilómetros.Sólo al final, cuando estás convencido de que llegas, tienes una enorme euforia y das todo por bien hecho, porque de salida el temor a que no puedas acabar la competición te impresiona".

Casado y padre de dos niños, con una mujer que "soporta mi actividad favorita", este empleado del Banco de Vizcaya reconoce que "en estas marchas siempre tienes muchos problemas y en la carrera de Madrid, debido a una infección en la rodilla izquierda, me paraba al final cada poco, para darme masajes por los fuertes dolores. Sin embargo, la soledad de los entrenamientos es lo más duro, porque en Asturias sólo corro yo esa distancia y los entrenamientos a veces son un calvario cuando pasas de los 30 kilómetros".

Debido a que una de las dos carreras anuales en esta modalidad se celebra en Cantabria, el asturiano es más conocido en la comunidad vecina que en su propia tierra. Allá debutó en los 100 kilómetros de carrera en 1983,logrando el cuarto puesto con un tiempo de 8 horas 8 minutos.

"A partir de ese inicio lo principal es que siempre rebajé mi marca; en 1985 a 7:41:00, cuando gané en Valladolid. En 1986 conseguí en Santander el campeonato de España de Veteranos y ahora en Madrid lo bajé a 7:20:27, logrando el 5º puesto en la prueba internacional.Mi aspiración es correr los 100 kilómetros en menos de siete horas y lo puedo lograr si las lesiones me respetan y me dan opción a entrenarme durante más de un mes, como no pudo ser recientemente".

Víctor González, lector de los clásicos y amante de la naturaleza, que comparte con su familia en paseos por los montes del Principado de Asturias en el poco tiempo que le sobra de su actividad en la banca, recuerda sus inicios en largas marchas. "Mis primeros 100 kms. los realicé en 1972, cuando decidí ir de Oviedo a Celorio andando. Arranqué a las 10 de la noche y llegué al día siguiente a las 12 del mediodía. En aquellos tiempos de tanta soledad por las carreteras, la Guardia Civil me paró por la noche y a punto estuvieron de detenerme porque no me creian que venía desde Oviedo andando. También las marchas a Covadonga ó por los montes eran mi actividad de joven. Siempre me gustaron las grandes distancias".

Sin embargo, este ovetense de 40 años no fue un atleta continuo durante sus años mozos, sólo a los 22 años se decidió a competir brevemente. "Me dedicaba a caminar largos paseos por los montes o la playa de Salinas cuando aquí me decidí a probarme con otros que se entrenaban corriendo. Participé en cross con el equipo de la Atlética Avilesina, pero lo dejé pronto para volver al deporte, 16 años después, a correr en lo que me gusta: los 100 kilómetros. Los alimentos líquidos como el yogur, batidos o jugos son mi base en las competiciones, junto a los frutos secos o las sales minerales cuando hace mucho calor",

El único asturiano de las largas distancias transita por las noches, seis días a la semana corriendo por los pueblos de los alrededores de la capital del Principado. "El entrenarme solo desanima y los perros son nuestros grandes enemigos. Muchos son los que salen a perseguirme al verme correr y tengo que acelerar el paso para defenderme, hasta en las competiciones oficiales a veces nos atacan. Dentro de los sufrimientos que padecemos en esos 100 kms., todo lo compensa cuando consigues acabar con un buen registro".




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